La enfermedad periodontal se manifiesta como una gingivitis, inflamación y sangrado de la encía sin afectar el hueso, o periodontitis (conocida también como piorrea), donde ocurre la destrucción del hueso que soporta el diente.
Los síntomas más frecuentes son enrojecimiento y el sangrado de las encías, la disminución o aumento de su volumen y la retracción, el aumento de la sensibilidad en la boca y la aparición de la movilidad en las piezas dentales.
Las bacterias presentes en la placa causan la enfermedad periodontal. Si no se remueve, todos los días con el cepillado y el hilo dental, la placa se endurece y se convierte en una substancia dura llamada cálculo (sarro), éste es un irritante para las encías provocando su inflamación y sangrado y al cabo de un tiempo hace que las encías se desprendan de los dientes y se forman bolsas periodontales, las cuales se llenan de más bacterias y sarro. Si se atiende a tiempo y se controla, podremos detener la enfermedad.